The Church calendar says Lent began on Ash Wednesday February 21st. I suggest our Lent starts when we begin to begin to realize our human weakness. I suggest our Lent begins when we bring ourselves to the Sacrament of Reconciliation and bring ourselves back into the state of grace. This grace allows our worthy reception of Holy Communion.
What’s the point of praying, fasting and almsgiving this Lent if we are not in a state of grace? Did you know, that as Catholics we all are required to receive the Sacrament of Reconciliation at least once a year? We are also required to worthily receive Holy Communion between Easter and Pentecost.
We must purify ourselves through the Sacrament of Reconciliation, Confession. The graces we receive through this sacrament are beyond our imagination. graces enable us to rise and not be afraid to give powerful witness to our Roman Catholic faith, traditions, and teachings.
A revised prayer of absolution, during Confession, began this past Ash Wednesday. Did you notice it? We are reminded of the graces when the priests says God “poured out the Holy Spirit” for the forgiveness of sins, may God “grant” you pardon and peace. It seems all of us could benefit from the graces of the Holy Spirit, granting peace to prevail in our lives.
It’s important to remember that while we are in this world, we must not be of this world. Don’t for a minute buy into pop culture, influenced by the non-believers. Christ Jesus founded our Catholic Church. Our faith is not old fashioned. Our faith is founded in the Resurrection, Sacred Scripture, Traditions, and the teaching authority of the Church, beginning with Peter.
St. Paul’s letter to the Romans urges all of us, “Do not conform yourselves to this age but be transformed by the renewal of your mind, that you may discern what is the will of God, what is good and pleasing and perfect.”
Keeping this in mind, all of us are called to remember Ash Wednesday’s admonition; “Remember you are dust and into dust you will return.” Or this one, “Repent and believe in the Gospel.” It’s what we do with the time before we are returned to dust, that matters. Trust in the only book that really matters, The Bible. Believe what you read. Practice what you read. This world is passing. Don’t waste the time we have been given. We never know when the Lord will call us home. He’s the only one who knows… and He is not telling any of us.
Lent is the season we are all called to pray more. It’s the season we are called to fast from those things that draw us away from Christ. It is the season we are called to share the gifts that we been given, with those who need our help. Praying, Fasting, Almsgiving, these are the three legs of our Roman Catholic Lenten tradition.
Deacon Ted Martin
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BUENO PARA SABER, LISTOS PARA IR
El calendario de la Iglesia dice que la Cuaresma comenzó el miércoles de ceniza el 21 de febrero. Sugiero que nuestra Cuaresma comience cuando comencemos a darnos cuenta de nuestra debilidad humana. Sugiero que nuestra Cuaresma comience cuando vayamos al sacramento de la reconciliación y regresemos al estado de gracia. Esta gracia permite nuestra digna recepción de la Sagrada Comunión.
¿Cuál es el punto de orar, ayunar y dar limosna esta Cuaresma si no estamos en estado de gracia? ¿Sabías que todos los católicos estamos obligados a recibir el Sacramento de la Reconciliación al menos una vez al año? También estamos obligados a recibir dignamente la Sagrada Comunión entre Pascua y Pentecostés.
Debemos purificarnos a través del Sacramento de la Reconciliación, la Confesión. Las gracias que recibimos a través de este sacramento están más allá de nuestra imaginación. Las gracias nos permiten levantarnos y no tener miedo de dar un poderoso testimonio de nuestra fe, tradiciones y enseñanzas católicas romanas.
Este pasado Miércoles de Ceniza, una oración modificada de absolución se comenzó a rezar durante la Confesión. ¿Lo notaste? Se nos recuerdan las gracias cuando los sacerdotes dicen que Dios "derramó el Espíritu Santo” para el perdón de los pecados, que Dios “te conceda" el perdón y la paz. Parece que todos nosotros podríamos beneficiarnos de las gracias del Espíritu Santo, concediendo que la paz prevalezca en nuestras vidas.
Es importante recordar que mientras estemos en este mundo, no debemos ser de este mundo. No creas ni por un minuto en la cultura popular, influenciada por los no creyentes. Cristo Jesús fundó nuestra Iglesia Católica. Nuestra fe no está pasada de moda. Nuestra fe se basa en la Resurrección, la Sagrada Escritura, las Tradiciones y la autoridad docente de la Iglesia, comenzando con Pedro.
La carta de San Pablo a los Romanos nos impulsa a todos: " "Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto".
Teniendo esto en cuenta, todos estamos llamados a recordar la advertencia del Miércoles de Ceniza; "Recuerda que eres polvo y al polvo volverás". O este, "arrepiéntete y cree en el Evangelio". Lo que hacemos con el tiempo antes de que volvamos al polvo, es lo que importa. Confía en el único libro que realmente importa, La Biblia. Cree lo que lees. Practica lo que lees. Este mundo está pasando. No pierdas el tiempo que se nos ha dado. Nunca sabemos cuándo el Señor nos llamará a casa. Él es el único que sabe… y no se lo se lo dirá a ninguno de nosotros.
La Cuaresma es la temporada en la que todos estamos llamados a orar más. Es la temporada en que estamos llamados a ayunar de aquellas cosas que nos alejan de Cristo. Es el tiempo en que estamos llamados a compartir los dones que se nos han dado, con aquellos que necesitan nuestra ayuda. Orar, ayunar, dar limosna, estas son las bases de nuestra tradición católica romana de Cuaresma.